Suena fuerte, pero es real. Mientras los obispos españoles de la la Conferencia Episcopal Española tildan a los ateos reconocidos de blasfemar por iniciar la famosa campaña publicitara de los autobuses; "Probablemente Dios no existe. Deja de preocuparte y disfruta de la vida", en Verona, vuelve a haber un caso de pedofilia relacionado con los católicos.
Lean atentos y quédense perplejos:
Un total de 67 ex alumnos de un internado para niños sordomudos de Verona ha denunciado públicamente los abusos sexuales sufridos durante 30 años a manos de 25 curas y religiosos del centro. ¿Esto no es una blasfemia, señores obispos? ¿O es una condena al infierno directamente? ¿Tienen tiempo para elaborar un comuicado o mirarán a otro lado?
Me gusta pensar como ateo porque puedo cometer los pecados que molestan a los curas, pero que sin embargo están dentro de la legalidad. A los obispos les molesta un autocar que según ellos es "una extraña propaganda", e insinúa que "Dios es una invención y que no les deja disfrutar de la vida". Además, añaden, "es objetivamente una blasfemia y una ofensa a los que creen". ¿Y la Iglesia no es una ofensa para los ateos? A mí me ofenden esos enormes y valiosos templos que llaman catedrales, iglesias o santuarios, y que siempre suelen estar custodiados por pobres ciudadanos, que en invierno, muertos de frío, buscan una limosna piadosa de algún creyente.
Yo os recomendaría leer el caso de la pedofilia de los curas de Verona. Es uno más, sí, pero también otro más increíblemente asqueroso. No creo que todos los curas sean así, pero no dudo que el poder puede al ser humano. Los ex alumnos dicen que hay más de 100 víctimas, casos de violaciones y sodomía, malos tratos y tocamientos. Se hacían tanto de forma individual como en grupo. Los escenarios, desde las duchas hasta en el confesionario. ¿Dónde estaba la fe en esas orgías ilegales?
Como creo que las palabras, muchas veces se las lleva el viento, no sé si creer las que ha dicho el obispo de la ciudad, Giuseppe Zenti, que quizá estaba buscando autobuses ateos y no sabe bien de qué iba el tema. No obstante, si os tranquiliza (a mí no) os diré que este hombre ha asegurado que pondrá todas las medidas necesarias para dar transparencia al caso y evitar "inútiles zonas de sombra o sospecha". Esperemos.
En mi opinión, lo que debería hacer la Iglesia o los católicos o el Papa o quien deba tomar la decisión, es dejarse de gilipolleces y dejar de una vez por todas que sus curas, sus obispos y demás follen con total libertad. Con tíos o tías, pero que dejen de torturarse el cerebro hasta tener que alcanzar este odioso deseo enfermo que les lleva atacar al más débil y al que nunca deben: Los niños.